Toda obra tal y como yo la entiendo, tiene que surgir del conocimiento, olvidando las modas del momento. Con esto quiero decir, que el arte no puede ser algo meramente estético.
Debe establecer un diálogo con el espectador. Primero contemplar la obra con la mirada a cámara lenta, más tarde centrarnos en los detalles, se perciben cuando el ojo se acomoda, y es entonces, cuando comienza (el recorrido visual) el diálogo entre el espectador y el cuadro a partir de ahí…
Encontrar la desnudez del diálogo sincero, piezas que nos pueden reconducir la mirada a nuestro interior más reflexivo.
Busco provocar la sensación de estar ante una pintura, que al contemplarla nos cuente y nos lleve más allá del cuadro.
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